domingo, 5 de febrero de 2012

Teñido o pintado

En este paso de hacen “madejas” de lana y esta es una manera de arreglar la lana ya hilada en forma circular  para que no se enrede cuando se esté tiñendo, algunas personas acostumbran  a pintar la lana antes de hilarla y resulta efectivo este proceso; sin embargo, una lana bien hilada asimila mucho mejor los tintes naturales.   Para teñir lana con plantas naturales es necesario  hacerlo en ollas de barro o peltre y la luna debe estar en la fase menguante, las plantas naturales deben haberse recogido en anteriores o la misma fase lunar: Menguante, esto garantiza una mejor efectividad en la fijación y durabilidad del color en la lana. En cuanto al barro o peltre de los recipientes es porque el aluminio y/o hierro despiden partículas que alteran la fijación y tonalidad del color en la lana, en tal sentido respecto los tintes y el recipiente de barro se demuestra que ésta es la forma tradicional, la que mejor funciona y además la que se debe preservar como símbolo de identidad cultural y establece una relación directa entre en hombre y la naturaleza.
Teñir lana es un oficio entretenido, primero ha y que buscar en las montañas las plantas que pintan la lana, a una la llaman “raicita” la cual es una planta rastrera y además escasa, se machuca con piedras y se pone en una olla con agua y cuando tenga unos 20 minutos hirviendo se colocan las madejas (pueden ser mojadas) a hervir por aproximadamente  de una hora y media a dos horas, removiendo de vez en cuando, la raicita produce tinta firme, no marea y produce un color de rosado a rojo, que puede ser más intenso si se pone más cantidad de dicha planta.
Existe otra planta que da un color acafetadito y es un musgo  huesudo que crece en los pedregales y es llamada “barba de piedra” la cual se pica menudamente cuando esta recién recogido y para el teñido se realizan los mismos pasos y tiempo del procedimiento anterior.
El árbol llamado “ojito” produce un color de amarillo a dorado, sus hojas se recogen cuando están maduras y de tono amarillento, se dejan secar, luego se trituran y  tres días antes de  usarlas para teñir se pone a remojar en agua con la cual luego se hervirá, de igual manera con las hojas del árbol de sai-sai que produce un color rojo cobrizo, ambas se cocinan del mismo modo que la raicita.  La corteza del árbol de “aliso” produce un color marrón. Lo mismo que  la corteza del árbol de sai-sai la cual produce un color rojo cobrizo; la ruda produce un color verde, al igual que las hojas de la higuera las cuales se cocinan verdes y sin triturar y se mezclan con sal o limón en el momento en que hierven con la finalidad de coadyuvar en el fijado del color, a estos coadyuvantes o fijadores se les llama “mordentes” y existen varios que iremos mencionando más adelante.
Las hojas del eucalipto producen un color de marrón ladrillo a naranja dependiendo del tipo de hoja y la frescura de la misma. La planta “uña de gato” produce una variada gama de amarillos y como mordentes se usan para esta planta el alumbre y la sal, la concha de cebolla con lengua de vaca como mordente produce un color marrón claro, además del “jurapo” (pepa o semilla de aguacate) que se usa como fijador y/o mordente, también el bicromato y cloruro de estaño, amoníaco proporcionado por la orina humana, también las semillas de la “curuba”  como mordente en la planta “mijí” que ofrece un color terracota, también la zanahoria con su rama  ofrece un color amarillo y alumbre como mordente.
Además de los tintes con plantas naturales existen también los artificiales llamados “anilinas”.

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